Así que a las diez de la mañana mi compañero Arco y yo poníamos rumbo hacia allí, con la intención de pasar una agradable mañana contemplando los maravillosos mallos y las numerosas colonias de buitres que por allí habitan, no sin antes llevarme una sorpresa, ¡mi casco de escalada se quedó en Alicante!!, así que hoy el de la bicicleta tendrá que ocupar su lugar protegiendo mi sesera de las piedras.
Pronto llegamos al inicio de la ferrata que nos llevará hasta el mirador situado en lo alto, desde el que podremos disfrutar de unas estupendas vistas sobre el pueblo de Riglos, sus mallos y los buitres, que a esta hora de la mañana ya empiezan a sobrevolarnos ganando altura con ayuda de las térmicas.
Realizamos el descenso por otro pequeño tramo que también se encuentra equipado, y que se muestra como una opción más entretenida que la que nos ofrece la bajada por el trayecto del GR.
Una vez de nuevo en el pueblo, hacemos parada en el refugio para disfrutar de una merecida cerveza fresquita y un bocadillo antes de regresar a Huesca.
Aquí os dejo unas cuantas fotos.
Saludos y abrazos gratis para tod@s.
Todos esos puntos en el cielo son buitres.






