jueves, 14 de julio de 2011

RESPOMUSO

Tras consultarlo anoche con la almohada esta mañana me decidía por subir hasta Respomuso, un refugio situado junto a un lago del que recibe su nombre. Uno de esos rincones del pirineo que son capaces de embelesar a cualquiera con sus estampas. En este bucólico lugar encontramos además las cumbres de más de 3000 metros más occidentales del pirineo.
Tras dejar la furgoneta junto a la central eléctrica de La Sarra, me dirijo a comenzar la ascensión hasta el refugio. Al poco de comenzar, el sendero atraviesa una bonita y húmeda zona de bosque bastante cerrada y a la derecha, el curso de un río que me acompañará hasta el lago. Durante la marcha observo las decenas de arroyos de agua que se despeñan vertiginosamente desde las altas paredes para unirse al río que transcurre al fondo del valle.
Una vez dejada atrás la zona más boscosa el valle comienza a abrirse poco a poco, al echar la vista atrás la imagen no defrauda, el verde lo cubre todo entremezclado con el colorido de las flores, excepto en las alturas en las que el granito desnudo es el protagonista.
Al contemplar las escarpadas laderas de este valle empiezo a comprender la fama de peligroso de este recorrido durante el invierno, pues el riesgo de avalanchas suele ser bastante alto en esta zona.
Tras unas dos horas de caminata llego al lago en el que se encuentra el refugio, al que me dirijo rápidamente con la intención de reposar un buen rato y deleitarme con las vistas mientras doy un ligero bocado. Cual a sido mi sorpresa cuando mientras miraba bobo el paisaje he podido ver al fin un par de marmotas que paseaban frente al refugio, pero he de reconocer que no he sido lo suficiente rápido en coger la cámara, pues prefería no perderme ese momento a ir a buscar mi cámara y que mientras tanto se esfumasen.
A quien si he podido hacer varias fotos es a los varios caballos y  mulos que habían alrededor del refugio, y que probablemente sean utilizados por los guardas para el porteo hasta allí de los distintos neceseres. Algunos de ellos no dudaban en acercarse a los distintos visitantes cuando veían asomar los bocadillos de sus mochilas.
Tras pasar un par de horas en la zona haciendo algunas fotos y charlando con una pareja de Zaragoza que había llegado justo detrás mio, me decido a iniciar el regreso hacia la furgo, entreteniéndome durante la bajada para hacer algunas fotos más.
En fin una ruta estupenda y muy bonita que recomiendo a todo el mundo y de la cual os dejo unas cuantas fotos más.







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